Por un lado, la película no sólo es una excelente obra de culto al género del Giallo italiano, sino un penetrante thriller psicológico que logra generar atmósferas aterradoras sin necesidad de recurrir a lo explicito. Por otro lado, para quienes no tenemos conocimiento del diseño de sonido cinematográfico, de los efectos especiales, doblajes y en general, de la producción de audio para cine, nos presenta de forma directa y contundente una amplia gama de sensaciones auditivas que logran tocar fibras profundas y sensibles en espectadores un tanto desprevenidos como lo fuimos nosotros al ver esta pieza. Y es que sumergirse en este mundo de la recreación sonora de eventos desagradables, violentos e impresionantes, sin que nos sea presentado visualmente, nos proporciona el espacio correcto para magnificar la naturaleza de cada uno de estos eventos sonoros y permitir que nuestra mente recurra a los viejos clichés del cine de terror clásico que guardamos en nuestras memoria. Así entonces, entendemos como la dimensión sonora constituye una buena proporción del lenguaje artístico del cine, y que además, en este género en particular, hace parte vital del la sensación de miedo, asco o repulsión que los cineastas pretenden generar en el público. Otro aspecto sonoro importante es la musicalización. de la cual se podría decir, que maneja unos criterios bastante establecidos de instrumentación, tempo, dinámica, armonía y ritmo, para producir sensaciones, tensiones, ambientes, atmósferas, suspenso y sorpresa en el espectador, cumpliendo la función de acompañamiento y puntuación de la imagen en movimiento. Sin embargo en este filme, como lo decía anteriormente, tales imágenes no aparecen, excepto por la oscura y extraña atmósfera generada en el estudio. Y de nuevo, esta ausencia de imagen de suspenso y horror, deja el camino abierto para sacar la potencialidad de la música y mostrarnos su poder y efectividad. Es así como las escenas un tanto confusas y extrañas, ambientadas con la música típica de suspenso, se tornan tensas y atemorizantes bajo sus poderosos efectos sensoriales y culturales. Para finalizar, considero que esta película constituye un claro ejemplo de la fuerza del sonido en la interpretación del mensaje cinematográfico. Es ademas, una interesante propuesta para conocer el mundo del diseño de sonido cinematográfico que, a pesar de la tecnología actual, aún depende de la imaginación, recursividad y habilidad manual de un productor de sonido.